domingo, 20 de junio de 2010

El reloj que marca mi tiempo.

Tú marcas mi tiempo, mis momentos y mis horas, tú estas siempre presente, en mi triste soledad y en mi alegría, tú eres parte de mí.
Has marcado muchos momentos de mi vida, me has acompañado en tardes de gloria y mañanas de fracaso, me has tranquilizado durante las esperas mas ansiosas, me has puesto nervioso por tu continuo caminar imparable cuando deseaba detenerte, me has observado en silencio sin cuestionarme ni hacerme reproches.
Tú estas siempre conmigo, cuando quiero y cuando no quiero también.
Aunque parezcas un simple reloj, para mí eres mucho más. Algunos conoceran tu historia, de como llegaste a mí y cuanto significas, para aquellos que no lo sepan os lo intentaré explicar.
Eres un regalo, un te quiero dicho en silencio, un gracias por ser así, un que grande eres y que poco te lo crees, un sin ti no habríamos podio superar esto, un tantas cosas que en un momento se guardaron en mi corazón y permanecerán hay por el resto del tiempo que me quede entre los mios.
Eres el fín de una situacion de desesperación y dolor por la incertidumbre de una enfermedad de dudoso desenlace.
Eres la conclusión felíz a todo un verano de rezos, de peticiones, de promesas, de pensamientos negativos, de vivir en pasillos llenos de tristeza y pocas alegrías esperando noticias, de agradecimientos por los apoyos y visitas recibidas, de caricias y abrazos de ánimo en pequeñas salas de espera y sobre todo de esperanza.
Eres el que me hizó saber, que repartir pollos es todo un arte, que la alpujarra no esta tan lejos, que compartir 12 horas con una misma persona durante tres meses de lunes a sábado encima de un camión puede ser maravilloso, que a todos los problemas hay que buscarles el lado positivo, que encontre un amigo y un confidente especial que siempre será especial para mí.
Eres, gracias a Dios, la muestra de que todo salio bien cuando parecía que no iba a ser así, el recuerdo de que lo malo ya pasó y comenzaba el momento de disfrutar de los buenos momentos porque los no tan buenos vienen solos, el que sabe que se pueden aprobar oposiciones con mucha presión, como lo hiceste tu amor mío, gracias por tu esfuerzo que me animó a tirar del carro cuando me flaqueaban las fuerzas.
Eres el que me recuerda sin hablar, sólo con mirarte, el que me insiste en que no hay que darle importancia a las cosas que no tienen importancia, el que me convence de que hay que disfrutar de todo, todos los días y con todo el mundo, el que me anima a levantarme siempre con una sonrisa y con ganas de hacer bien mi trabajo, el que me lleva a intentar que todo el mundo a mi alrededor sea feliz, pues la infelicidad viene sola.
Todo eso y mucho más cosas que llegarón a mí durante un verano que no se planteaba así, pero que el destino lo había planeado de forma muy diferente.

PD: Entrada dedicada a mis tíos Jorge y Jesús y a mis tías Encarna y Mari. Solo vosotros sabeis cuanta verdad esta dentro de ese pequeño reloj Racer (que por cierto ha salido buenísimo).

sábado, 12 de junio de 2010

Mi amante.

Te conocí sin darme cuenta, como los hechos que realmente llegan a lo más profundo de nuestro ser. Llegaste tras muchas decepciones e indecisiones y aunque parezca mentira, llegaste para nunca marcharte. Me has dado tantas cosas, tantas alegrias y sufrimientos, tantas tardes de gloria. Has hecho tanto por mí, que no podia hacer menos que dedicarte esta entrada.
Aunque pueda parecer otra cosa, de quien hablo aquí, es de mi Flauta Travesera. Mi intima amiga durante muchos años, solamente 10 años de carrera y otros 10 de estudio y dedicación. Ella mejor que nadie, me conoce, me reta día a día, me hace querer ser mejor y poder demostrar todo lo que juntos sabemos y podemos hacer.
Nuestra relación, es muy especial, ella es mi amante. Me vuelve loco cuando estoy con ella, pues me hace sentir especial y cuando no estoy con ella, la echo de menos, la añoro, la necesito. Es una relación de continua exigencia por parte de los dos, pues yo siempre le pido más y ella solicita de mi mucho más compromiso, mas tiempo con ella, mas horas de compañía. Su belleza me enamora, tanto que cuando pasan los periodos de vacaciones en los que intento olvidarla y volvemos a encontrarnos, hace que sienta dolor y arrepentimiento por haberla dejado tan lejos de mí por un tiempo.

Mi flauta, una Muramatsu modelo heavy de plata, es la última que ha llegado a mi, pero de la que hoy os hablo es de mi primera flauta, una buffet con un pequeño baño de plata modelo básico. Esa flauta que aún conservo y que ahora mi pequeñaja empieza a intentar dominar, es la responsable de todo.
Aún recuerdo cuando mi padre la trajo a casa, que día tan especial. Llegaba por la tarde del conservatorio, con la incertidumbre de como sería, y sobre todo con la intriga de si aquel esfuerzo económico al que sometía a mis padres merecería la pena, aunque sobre todo me preocupaba si yo cumpliría con las espectativas depositadas en mí. Mi padre estaba en el salón, con la flauta, un nuevo instrumento que entraba en casa y que nadie sabia tocar, una nueva compañera que se convertiria en parte importante de la familia y que estaría siempre presente.
Brillaba con una luz especial, descansando sobre una funda de plástico duro recubierta por un tercipelo color burdeos. Realmente cuando recuerdo aquella primera visión, me emociono.
Siempre he escuchado que los músicos con el paso del tiempo llegan a tener buenos instrumentos musicales que les permiten interpretar mucho mejor todo tipo de músicas, pero que realmente al instrumento que aman y por el que sienten un profundo y sincero respeto, es por su primer instrumento, aquel de baja calidad técnica, aquel que le descubrío un mundo sin igual,aquel que le hacía sufrir lo insufrible para poder conseguir una interpretación aceptable, aquel que le metio el veneno en el cuerpo de la perfección a traves de la técnica y el estudio, aquel que le acompañó en sus primeros conciertos, en definitiva aquel que desde el primer momento se convirtío en parte del músico que hoy día es.


viernes, 4 de junio de 2010

Una dura realidad.









Su mirada se tornó gris aquella tarde

Al verlo entrar por el portón azul

Su cuerpo, frágil y delicado

Quedó estremecido de repente.


El silencio se apoderó de la sala,

Y sus manos temblaron sin descanso

Intentó clamar ayuda al ocaso

Pero su voz quedó enmudecida para siempre.


De repente, escuchó de sus labios las palabras,

Que amenazaban su vida duramente

Y sus ojos que otrora fueran dulces,

Proclamaron los caminos de la muerte.


Como el cazador furtivo hacia su presa,

Se acercó decidido y sin temores,

La cogió por el cuello reciamente

Hasta arrancar el último suspiro de su alma.


Volvió a reinar el silencio

El tiempo pareció detenerse un instante

Todo su cuerpo temblaba sin conciencia,

Sin poder pensar en lo ocurrido.


De aquellos ojos oscuros

Se derramaron tres lágrimas:

Una por la que fue su esposa,

Otra, por la suerte de sus hijos,


Y la última y la más fiera

Resbaló por su mejilla desafiante

Clavándose profundamente en su alma

Rindiendo su orgullo para siempre.



JMF